En
la naturaleza, los delfines pasan su vida en compañía de ejemplares del
mismo tipo, formando grandes grupos altamente organizados llamados,
manadas. Algunas manadas consisten de hembras con sus crías, otras de
juveniles, los cuales, suelen abandonar las manadas de sus madres al
alcanzar la madurez y forman las propias. Los delfines son criaturas muy
inteligentes y especialmente sociables.
Pertenecer a una manada es muy importante para ellos, ya que, es
donde encuentran seguridad, amor y compañerismo. Las manadas se
mantienen unidas durante largos años. Los delfines cautivos son
separados de su manada para siempre. A partir de su captura, los lazos
sociales que durante tanto tiempo fueron muy estrechos, se rompen
abruptamente. La mayoría de los delfines son capturados utilizando una
red. Este procedimiento es extremadamente violento, no sólo para el
animal atrapado, sino también para el resto de la manada que experimenta
la repentina y permanente pérdida de un miembro del grupo. La
relación más íntima que tiene los delfines libres se da entre una madre
y su cría. Estos nadan muy próximos el uno del otro, en una relación
caracterizada por un profundo afecto. Algunos delfines se mantienen
junto a su madre durante 5 años. En los acuarios, usted se encontrará
con delfines que fueron arrancados de su madre y manada a edades muy
tempranas. Estos animales jamás volverán a encontrarse con ellos.
Agua
En la naturaleza, los delfines viven en agua salada.
En cautiverio, los delfines son confinados en estanques que contienen agua artificialmente salada mediante el uso de químicos.
Sistema de ecolocalización
En estado salvaje, los delfines utilizan su sonar (ecolocalización)
para identificar e investigar corales, peces, predadores y otros
delfines. Este sentido tiene la misma importancia para los delfines como
lo tiene la vista para los humanos, ya que les sirve para orientarse.
En cautiverio, los delfines deben restringir el uso del sonar. No pueden
utilizarlo para capturar peces vivos, ya que son alimentados con peces
muertos en forma de recompensas.
Tampoco puede utilizarlo para explorar las profundidades del mundo
submarino ya que no existe tal cosa en los estanques de hormigón donde
se los mantiene cautivos. Por otro lado, el eco que producen las
ecolocalizaciones al chocar contra las paredes del estanque, aturde a
los propios delfines que las producen, atormentándolos. Privar a estos
animales de utilizar este complejo sentido es uno de los aspectos más
dañinos del cautiverio. Es similar a obligar a una persona a que use una
banda sobre sus ojos por el resto de su vida.
Alimentación
Los delfines libres pasan muchas horas buscando y cazando pescado en
forma cooperativa. Cuando pescan, los delfines sueltan sus instintos
naturales, pueden utilizar su velocidad, su inteligencia, su sistema de
sonar y la habilidad para comunicarse y cooperar con sus compañeros. Los
delfines cautivos, comen peces muertos y son alimentados de la mano. No
sólo no desarrollan la capacidad de capturar presas vivas, sino que,
los que ya la tienen, la terminan perdiendo.
Aprendizaje
En la naturaleza, la madre le enseña a su cría todo lo que debe
saber: cómo utilizar el sonar, cómo evitar los predadores, dónde buscar
comida, y cómo capturar peces. Otros comportamientos que aprenden los
delfines mediante la imitación de sus congéneres son el buceo, saltar,
remontar las olas, y comunicarse.
En cautiverio, los delfines son entrenados para realizar actos de
circo con el objetivo de llevar a cabo espectáculos con estos animales.
Los delfines dependen completamente de sus entrenadores para poder
alimentarse. Esto otorga al entrenador un poder absoluto sobre los
delfines.
Los entrenadores enseñan a los delfines que cada vez que realizan un
truco correctamente, recibirán alimento. Mediante este sistema de
recompensas, los delfines son entrenados para que naden sobre sus colas,
mojen a la audiencia y ensayen grandes saltos. El entrenamiento tiene
un efecto muy nocivo para los delfines. Mientras aprenden a realizar
actividades antinaturales (esto es, que en estado salvaje no
ejecutarían) como saltar a través de aros y jugar con pelotas, van
olvidando sus comportamientos naturales.
Entorno
En libertad, los delfines viven en un ambiente muy rico. Pueden
disfrutar de las mareas, y las corrientes. A lo largo del día, escuchan
diferentes sonidos, como las olas que rompen contra la costa, y los
silbidos y clicks de sus compañeros. Estos sonidos y comportamientos del
océano, son un aspecto esencial de la vida de los delfines. En
cautiverio, los delfines son mantenidos en acuarios, centros de
entretenimiento, hoteles, shoppings, y espectáculos ambulantes.
En Suiza, existen delfines cautivos en una discotheque. Estos
animales cautivos jamás volverán a disfrutar de los elementos básicos de
la naturaleza como la lluvia, el agua de mar y capturar presas vivos.
Los únicos sonidos que escucharán serán los ruidos extraños producidos
por los generadores, las bombas de agua, la música, los entrenadores y
el público. Estos delfines deben realizar varios shows por día, lejos de
sus familias y manada, sin motivaciones y privados de la libertad.